2 de cada 3 directivos de compañías agroalimentarias andaluzas ve clave salir a mercados exteriores
El 67 por ciento de los directivos de las principales compañías del Sector Agroalimentario de Andalucía (SAA) creen que la clave de su crecimiento futuro se encuentra, fundamentalmente, en la salida a mercados exteriores.
En esta línea se articulan sus prioridades de inversión puesto que la búsqueda de nuevos mercados es uno de los destinos principales de inversión para el 60 por ciento de los directivos, sólo superado por los procedimientos destinados a aumentar la eficiencia en los costes, señalado por un 67 por ciento.
Éstas son algunas de las principales conclusiones de la primera edición del estudio ‘Sector Agroalimentario en Andalucía’, elaborado por KPMG, en colaboración con la Asociación Empresarial Alimentos de Andalucía (Lándaluz), a partir de una encuesta realizada a altos directivos del sector sobre sus planes de acción, retos y expectativas ante el escenario actual, y del análisis de las cuentas anuales de 2011, 2012 y 2013 de las 29 empresas del sector agroalimentario con mayor facturación de la comunidad.
En su apuesta por salir a nuevos mercados, el 75 por ciento de los directivos de empresas de alimentación y bebidas de Andalucía considera muy importante colaborar con otras compañías para acometer proyectos de internacionalización. Sin embargo, también son conscientes de los diversos obstáculos que conlleva esta cooperación. Para casi la mitad de los directivos encuestados, la principal barrera que tienen las empresas del sector agroalimentario son las divergencias en sus estrategias de venta y aproximación al mercado.
Por otro lado, y como reacción a los cambios en el contexto macroeconómico, las principales compañías del sector están centrando sus estrategias en ganar competitividad. Así lo demuestra el que, para el 67 por ciento de los encuestados, las mejoras operativas supongan el mayor reto, seguido de la capacidad para mantener sus márgenes.
«Además de las previsiones de crecimiento económico para el presente ejercicio y la evidente reactivación del consumo y la demanda interna, entendemos que la agroindustria andaluza debería profundizar en una estrategia de internacionalización y que, en esa búsqueda de nuevos mercados, se produzcan colaboraciones con otras compañías para ganar dimensión y afrontar con garantías estos proyectos», apunta el socio responsable del sector de consumo de KPMG en España, Carlos Peregrina.
Poniendo el foco en el consumidor, los directivos de las principales empresas del sector agroalimentario en Andalucía creen que las redes sociales serán las que, en mayor medida, impulsen cambios en las decisiones de compra de los clientes. Cinco de cada diez las consideran como un factor clave por encima, incluso, del precio. De este modo, la apuesta por mejorar la capacidad de tratamiento de información, tanto operativa como la obtenida de los consumidores, es un reto para el 40 por ciento de las empresas consultadas.
El productor de alimentación está convencido del creciente carácter digital del consumidor del futuro. Las nuevas formas digitales de comunicación social son señaladas como más relevantes (40% de los encuestados) que los canales tradicionales de publicidad, como pueden ser la televisión o los medios impresos (33% de las respuestas), aunque para la mayoría de las empresas las acciones de marketing en el punto de venta continúan siendo el principal canal de comunicación con el cliente (53% de las respuestas).
Además, en relación a los nuevos consumidores, las ventas a través de Internet serán tan relevantes para los directivos encuestados como la venta en establecimientos habituales y próximos.
«Otro aspecto fundamental en el que el sector agroalimentario andaluz debería focalizarse en los próximos años es la innovación, entendida en una doble vertiente: por un lado, el incremento de actividades de I+D+i y el lanzamiento de nuevos productos innovadores para una clientela de gustos diversos y cada vez más exigente, y, por otro, en la consolidación decisiva de la venta online que, sin duda, será tan relevante como la venta en establecimientos físicos en un futuro no muy lejano», concluye Nicolás Sierra, socio responsable de las oficinas en Andalucía de KPMG en España.
Las ventas de las 29 empresas del sector agroalimentario de Andalucía analizadas en el informe se incrementaron un 2,6 por ciento en 2013 hasta alcanzar los 4.396 millones de euros. Este avance refleja un cambio de tendencia, ya que los resultados registrados en 2012 fueron inferiores a los alcanzados en el ejercicio 2011. Asimismo, a pesar de la ligera disminución en el margen bruto, la mejora de la competitividad de las compañías ha producido una recuperación tanto en el resultado de explotación como en el Ebitda al comparar el ejercicio 2013 con 2012.
En lo que se refiere al conjunto del sector en Andalucía, la cifra de negocio superó los 13.900 millones de euros en 2013, un uno por ciento más que el año anterior, según cifras del Instituto Nacional de Estadística.
También se incrementó el número de empleados del sector en un cuatro por ciento, pasando de 11.201 trabajadores en 2012 a 11.650 trabajadores en 2013. Precisamente, son los gastos de personal, junto con otros gastos de explotación, las partidas que mayor peso tuvieron.
«El peso del sector agroalimentario en la economía andaluza es más relevante incluso que el que tiene en la economía nacional, por su aportación al PIB autonómico, creación y mantenimiento de empleo y vertebración del medio rural», afirma Nicolás Sierra.
En lo que respecta al balance, el sector agroalimentario en la Comunidad Autónoma de Andalucía contó con buenos indicadores de solvencia en los tres ejercicios sujetos a análisis. Además, mejoraron los ratios ligados a las operaciones: la rotación de stocks y de cuentas a cobrar presentaron mejoras durante el periodo analizado. En términos absolutos, el endeudamiento se redujo de forma significativa en este periodo.